Las hermanas Fox, sin duda unas de las médiums más famosas, eran dos estadounidenses que vivieron en la segunda mitad del siglo XIX, conocidas por haber «iniciado» el movimiento espiritista anglosajón y haber contribuido al desarrollo de la mediumnidad.
El nacimiento de dos médiums a Hydesville
En 1848, en el tranquilo pueblo de Hydesville, comienza una historia extraña y cautivadora. Dos jóvenes hermanas, Margaret y Kate Fox, se ven envueltas en un fenómeno que revolucionará la percepción de lo espiritual. Su casa es escenario de ruidos misteriosos, golpes secos que parecen responder a sus preguntas. Así es como establecen comunicación con un «espíritu», el de un vendedor ambulante asesinado, según ellas. Este descubrimiento marca el punto de partida de una fascinación que cautivará a las masas y dará lugar a un auténtico movimiento, el espiritualismo. Las hermanas, catapultadas al primer plano, se convierten en auténticas médiums y sus sesiones de mediumnidad, en eventos muy esperados.
La esencia de su mediumnidad: la manifestación de una energía desconocida.
Lo que hace tan especiales a las hermanas Fox es su capacidad para producir fenómenos físicos. Los famosos «golpes» no son simples ruidos, sino mensajes codificados, una manifestación concreta de la energía espiritual. Esta forma de comunicación física, tangible y audible, es una auténtica revolución. Ofrece una prueba evidente de la existencia del espíritu y de su interacción con nuestro mundo. Aquí, la mediumnidad ya no es una simple cuestión de creencia, sino una experiencia sensorial. El espíritu no solo se manifiesta a través de visiones internas, sino también a través de una presencia perceptible, lo que abre el camino a una nueva era de comunicación con el más allá.
El movimiento espiritualista y la armonía universal
Muchos afirman que el fenómeno Fox da lugar a un movimiento de gran envergadura, el espiritismo, que rápidamente atrae a miles de adeptos. Las hermanas son consideradas canales espirituales excepcionales, capaces de transmitir mensajes de amor, consuelo y paz. Sus sesiones de mediumnidad se convierten en lugares de esperanza donde se busca la verdad y una conexión profunda con el mundo espiritual. Estos mensajes ofrecen consuelo y armonía a quienes han perdido a un ser querido. Las hermanas Fox no se contentan con ser médiums, sino que se convierten en portavoces de una filosofía que defiende la existencia del espíritu y la continuidad de la vida después de la muerte.
La confesión de Margaret Fox
Sin embargo, la fama de las hermanas Fox durará poco. En 1888, una revelación impactante sacude el movimiento espiritista. Margaret Fox, agotada por una vida de fama y adicción, confiesa que los «golpes» no eran más que un engaño, un simple crujido de sus articulaciones. Esta confesión, realizada ante un público de periodistas, sembró la duda sobre toda la carrera de las hermanas. Aunque Margaret se retractó posteriormente, el daño ya estaba hecho. La duda permaneció y ya no desapareció. La idea de que su mediumnidad pudiera haber sido un engaño estaba ahora en la mente de todos. Esta controversia planteó preguntas fundamentales sobre la naturaleza del espíritu, la energía y la credulidad humana.
El legado duradero: un símbolo de la búsqueda y la verdad espiritual.
A pesar de las dudas y controversias, el legado de las hermanas Fox es innegable. Ellas abrieron el camino al estudio de lo paranormal y democratizaron la mediumnidad, convirtiendo la comunicación con los espíritus en un tema de interés social. Algunos incluso llegan a decir que son las fundadoras del movimiento espiritualista anglosajón, aunque esta afirmación sigue siendo controvertida.
Su historia, ya sea fruto de un engaño o de un verdadero don espiritual, ha llevado a miles de personas a preguntarse sobre la vida después de la muerte, sobre el poder del amor y sobre la posibilidad de una armonía universal. Las hermanas Fox seguirán siendo para siempre un símbolo de la búsqueda espiritual y de la fascinación de la humanidad por lo inexplicable.
Del mismo modo, su historia demuestra que el charlatanismo nunca está totalmente ausente en el ámbito de la espiritualidad. Afortunadamente, nuestra época cuenta con los avances científicos necesarios y los procedimientos éticos para poder distinguir más fácilmente a un médium competente de un estafador.
De manera muy concreta, procedo de la siguiente manera: a cada uno de mis contactos, siempre describo el espíritu que me viene y, si el cliente no sabe reconocerlo, detengo la consulta al cabo de quince minutos y le devuelvo el dinero.
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